Hace poco me llegó esta pregunta de una lectora:
Le comento que desde hace cuatro meses vengo leyendo algunos manuales de escritura creativa y viendo canales de Youtube dedicados a la escritura, como el suyo. Uno de los manuales que leí es el de Guillermo Samperio, si no equivoco. Y, además, vi un video sobre las tesis del cuento de Ricardo Piglia. Y quedé en shock, honestamente, porque el señor Samperio habla de que todo buen cuento debe tener distractores, y el señor Piglia, por su lado, nos dice que el cuento siempre cuenta dos historias. Y mis cuentos o historias no tienen nada de esto. Por eso le pregunto: ¿todo buen cuento debe tener al menos un distractor? ¿Y todo buen cuento debe contar dos historias? ¿O esto no debería tomarse como dogma?
Le pedí permiso para reproducir mi respuesta porque creo que puede ser útil a otras personas. Aquí está, en una versión ligeramente ampliada:
Gracias por tu mensaje. Qué bueno que te animaste a hacer esa pregunta.
La respuesta breve es que no: ni todo cuento debe tener distractores, ni todo cuento debe contar dos historias. Trabajar a partir de esas posibilidades técnicas puede ser útil y vale la pena aprender a hacerlo, simplemente para conocer y poner en práctica formas precisas de rigor y disciplina. Pero no es obligatorio.
Tanto Samperio como Piglia escribieron desde su historia particular como escritores y como lectores, con la intención de dar a conocer sus descubrimientos y experiencias. Tales experiencias son imposibles de duplicar exactamente, y son explicadas con términos que tienen sentido para quien las vivió. Así que los consejos para escribir que ambos encontraron y ofrecen son, en el fondo, totalmente personales. Esto ocurre siempre.
Por lo tanto, quienes leemos a Samperio y a Piglia (o a Edith Wharton, Ursula K. LeGuin, John Gardner o cualquier otra autora o autor que haya escrito sobre el oficio de escribir) necesitamos adaptar lo que nos dicen a nuestra propia comprensión y seguirlo, si lo deseamos, a nuestra propia manera. No habrá manual ni serie de consejos de escritura que le sirva perfectamente bien a todo el mundo ni que deba ser obedecido siempre. Por el contrario, hay que ir buscando lo que nos acomoda de los diferentes consejos que lleguemos a encontrar, para que podamos incorporarlos a nuestras experiencias de vida y de escritura. Y, tal vez, para que luego podamos comunicar a otros lo que nosotros mismos descubramos, en el entendido de que quienes vendrán después también nos harán caso (o no) a su propia manera.
¿Qué consejos valiosos han encontrado ustedes en manuales o ensayos acerca de la escritura creativa? ¿Cómo los adaptan a su propia historia de lectura y escritura?
Estimado Alberto:
Eventualmente leo tus comentarios literarios que siempre encuentro llenos de frescura intelectual. Por ello, gracias.
Como una de mis pasiones es leer y escribir cuentos, después de leer las recomendaciones en tal sentido de Ricardo Piglia, de Guillermo Samperio, y de Juan Bosch, entre muchos otros, me atrevo a delinearlo, a partir de mi experiencia personal, de la siguiente manera (que pongo a tu consideración):
Escribir y leer cuentos son actividades estéticas eminentemente lúdicas; ambas –vale decirlo- son para los iniciados y/o adeptos al género. El escritor disfruta de la concepción y el desarrollo de su relato con el ineludible afán de sorprender. El lector avezado, en afán critico, trata de descubrir o adelantarse al asombro, pero siempre con el deseo intrínseco de ser sorprendido. Representa un duelo intelectual entre el autor y el lector similar al que se tiene en el ajedrez, donde ambos contendientes tratan de adelantarse a la jugada del adversario con el afán de ponerlo en jaque. El cuento, a diferencia de otros textos, reclama siempre una segunda lectura para descubrir y recrearse en los guiños o pincelazos del escritor que no advertimos en la primera lectura.
Gracias, Isaías. No concordamos en todo, pero precisamente esa es la maravilla de este tipo de reflexiones compartidas, me parece. 🙂