Anotaciones

Élites

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Durante el fin de semana me enteré de que se concedió en España el Premio Planeta –que consiste de la edición de la obra ganadora y un millón de euros: más que el Premio Nobel de Literatura– a Juan del Val, una persona de la que no sabía nada. Resulta que del Val es comentarista de televisión, participante habitual de un programa de la emisora española Antena 3 y autor de varias novelas. No es la primera vez que el Premio Planeta se da a una personalidad mediática española, y de esa televisora, que está vinculada al Grupo Planeta. Por lo tanto no es tan difícil formular, como se ha hecho desde hace años, la idea de que el premio está arreglado. Con toda franqueza, lo poco que he podido leer de la obra de del Val –tampoco he buscado mucho– no da a pensar que además de famoso sea una luminaria. Sus libros están escritos de manera muy convencional y están muy ceñidos a los intereses del público lector español. En unos años, ese público habrá pasado a otra cosa y sus libros habrán sido olvidados.

Evidentemente, yo no sé con certeza si el Premio Planeta está arreglado. Pero tampoco es algo tan importante: no sería la primera vez que una editorial intenta explotar la fama de alguien. Me molesta más un hecho irrefutable: que del Val, al recibir el premio, dio un discurso en el quiso defender su victoria con esta frase: «Se escribe para la gente, no para una supuesta élite intelectual».

Tiene razón la escritora y académica Lucía Nistal cuando dice que del Val es, de hecho, parte de una élite. Gana mucho dinero, y con su nuevo premio tendrá todavía más. Es un individuo privilegiado. No vive la vida de «la gente»… a la que además, por supuesto, está llamando tonta por implicación, pues su frase supone que a las «élites intelectuales» les gustarán libros más allá de su alcance.

¿Por qué prospera tanto, en este momento de la Historia, ese discurso demagógico? Por todas partes, los tipos más ricos y arrogantes dicen «estar con el pueblo», logran que se les crea y así ascienden todavía más, mientras que el resto de nosotros se queda donde está. No recibimos más igualdad, mejores condiciones de vida, ni siquiera buenos libros. No ganamos otra cosa que el gusto de que alguien fastidie u ofenda a un grupo de los que consideramos nuestros enemigos.

Mientras llegan los historiadores a aclararnos las cosas –ocurrirá en un siglo o dos, quizá– ese es un gran asunto para una buena novela.

6 pensamientos sobre “Élites”

  1. Rafael López dice:

    Asunto para una novela de Alberto Chimal ; ) Saludos.

    1. Alberto dice:

      Si logro terminar una más. Ojalá.

  2. La apropiación del discurso. Como cuando salieron los zapatistas con la dignidad rebelde y Televisa no tardó en sacar una telenovela titulada Rebelde. Abrazos.

    1. Alberto dice:

      Sí, tal cual. Lenguaje que se coopta y ser pervierte. Abrazo, Ovidio.

      1. Luis dice:

        ¿Y se le doy la vuelta y me autproclamo parte de esas élites? Total, según la lógica de ese señor, leer y entender lo que leo ya me hace parte. Entonces puedo entrar por la puerta grande y aprovechar mis nuevos privilegios, ¿verdad?

  3. Lorna Rocío Contreras González dice:

    ¡Qué decepción¡
    Gracias, maestro Chimal por compartir.

    Abrazo ENORME para ti y Raquel.

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