Una historia de Las Historias

Tengo un sitio literario, llamado Las Historias, desde 2005. Raquel, mi esposa, me regaló la compra del dominio. Era la época anterior a las redes sociales, donde el principal medio de difusión e interacción en internet eran sitios web independientes.

Las Historias empezó como un blog (muy reticente, la verdad: jamás fui bueno para el chisme ni ninguna actividad aledaña) y ha ido mutando desde entonces, pero sigue albergando un buen archivo de notas, ejercicios de escritura y otros materiales. Además, tiene una antología que ya alberga más de 200 cuentos para leer en línea y que sigue creciendo. La entrega más nueva es este cuento clásico de fantasmas del siglo XIX:

No hay que creer el mito de que la información en internet es eterna. Los sitios de mucho tiempo, como aquel, van teniendo desperfectos que se vuelven más frecuentes con la edad (la edad de los sitios, no la de quien los mantiene) y que incluyen contaminaciones de su base de datos, incompatibilidad de tal o cual herramienta, etcétera. Por esta razón, ando en medio de una remodelación del sitio, con la idea de que se vea más guapo y funcional para su vigésimo aniversario, que será el año próximo.

Si gustan darse una vuelta por www.lashistorias.com.mx, encontrarán todo su contenido legible pero con imperfecciones. Cualquier comentario será bienvenido, y espero que les guste lo que puedan encontrar.

En otras noticias, Confesiones estuvo nominada a siete Diosas de Plata, que es el premio que otorga la asociación de Periodistas Cinematográficos de México (PECIME). Una de las nominaciones fue a mejor guión adaptado, lo cual me deja muy contento. Ya me he asomado por la puerta del cine mexicano. Con suerte, no será la última vez.