Escritura creativa

Inventar el equilibrio

Hand holding pen drawing, gesture

En un taller de escritura, hace no tanto, nos pusimos a discutir los planes de una persona. Estaba escribiendo una novela y tenía capítulos ya redactados, anotaciones sueltas y otros materiales. Ella decía que no se sentía a gusto siguiendo un plan preestablecido, sin margen para la invención a medida que avanzaba, pero a la vez tenía problemas para dar estructura a su texto y dirigirlo hacia su forma definitiva. No le encontraba el equilibrio, nos decía: un balance entre los diferentes tipos de acción, diferentes episodios y perspectivas que quería utilizar. Era difícil saber para dónde debía llevar a sus personajes sin una idea clara de cuál era su destino y cuál el mejor camino para llegar allí.

Después de esto, y de que el grupo hiciera comentarios adicionales, le propuse dos ideas.

  1. No es verdad que un «plan preestablecido» –como un resumen dividido en capítulos o algo más similar a una escaleta cinematográfica– no deje márgenes para la invención. Por más esquemas y preparativos que hagamos (y hay muchas ocasiones en que pueden ser útiles, incluso indispensables), el texto se crea cuando lo vamos escribiendo, no antes, y siempre podemos tomar decisiones inesperadas, tener intuiciones, cambiar de parecer. El proceso creativo es misterioso, complicado, abierto a lo impredecible. En ocasiones hay que ceder y salir del esquema, incluso si el esquema es de nuestra propia invención.
  2. La forma definitiva del texto tampoco «existe» antes de que el texto esté terminado. Podemos apuntar a una forma imaginada, podemos tratar de lograrla a medida que escribimos, pero esa forma no está puesta en algún sitio, esperando a que la «encontremos». La imagen del escultor que «ve» la estatua todavía por hacer dentro del bloque de piedra, y sólo necesita «quitar lo que sobra», puede ser una exageración o puede no serlo. Pero ciertamente no se puede aplicar a alguien que va creando un texto agregando letras y luego palabras, frases y párrafos. Cuando mucho, puede pensarse así de un texto ya terminado y que necesita revisión…, aunque un escultor no puede añadir más piedra si de pronto descubre que la necesita, si quitó más de la cuenta, y un escritor sí puede ampliar aún más el borrador de un texto.

Le propuse ver al equilibrio –entendido como la armonía entre las diferentes partes de la novela– como algo que puede inventarse. Algo que también es parte del proceso de creación. Es posible descubrirlo en esos fragmentos a veces disjuntos, o disparejos, que componen un primer borrador. Lo que hace falta es no creer que ese equilibro debe ser exactamente de tal o cual forma. El texto nos permitirá imaginar esa forma a partir de lo que hay en él, y sobre todo de lo que sintamos, o descubramos, que le falta. Tal vez este personaje que tanto nos entretuvo en cierto capítulo no aparece antes ni después y debería hacerlo. Tal vez estas palabras podrían repetirse en otro momento, para subrayar la semejanza o la diferencia de dos escenas. Etcétera.

Cuando más ruidosa era la controversia en contra de su novela Lolita (1955), Vladimir Nabokov le escribió un epílogo en donde supuestamente explicaría sus razones para escribir un libro que muchos consideraban obsceno. Lo hizo, pero también dio una pequeña cátedra acerca de esa invención del equilibrio en una novela. Para él, ciertos pasajes aparentemente banales en el texto (como un personaje diciendo cierta palabra, o la «reproducción» de un documento aparentemente trivial en una página) eran secretamente los más importantes: faros o luces que permitían apreciar mejor el conjunto y daban a su creador una guía y una motivación para continuar. Si les interesa, el epílogo, «Acerca de un libro titulado Lolita» se encuentra en la mayoría de las ediciones actuales.

No es fácil inventar el equilibrio en un texto narrativo, y el éxito no está garantizado. Pero ciertamente no es imposible.

four rock formation
Nicollazzi Xiong — Pexels.com

4 pensamientos sobre “Inventar el equilibrio”

  1. Lorna Rocío Contreras González dice:

    Hola, Alberto:

    Gracias, muchas gracias.
    Me encanta leerte, se bien aprende en cada uno de tus mensajes.

    Me haces ver aspectos que me faltaba tomar en cuenta, o que eran más importantes de lo que imaginaba.

    Siempre con una descripción entendible, con una ortografía impecable. Sigues el orden de explicación, eso lo hace más sencillo.

    Quedo en espera de tu próximo texto.

    Abrazo 🤗

    1. Alberto dice:

      ¡Muchas gracias, Lorna! Otro para ti.

  2. David Martínez Salazar dice:

    Hola Alberto:
    Estupendo artículo, muchas gracias. Muy útil para los autores noveles. Coincido en que la planeación es indispensable, pero solo como el esbozo del tronco de un árbol que puede acabar en pino o en jacaranda.
    Saludos y espero el siguiente.

    1. Alberto dice:

      Gracias, David.

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